Nacido en Buenos Aires, Argentina. Es pianista, compositor, arreglador, director de orquesta y docente. Recibió el primer premio de composición en la categoría Tango del Fondo Nacional de las Artes 2020. Fue nominado a los Latin Grammy 2017 y recibió el Premio Gardel 2016. Actuó como pianista solista junto Orquesta de Música Argentina Juan de Dios Filiberto estrenando el concierto para piano y orquesta sinfónica “tres casi Tangos” de Roque de Pedro, además de ser convocado como arreglador en el concierto Homenaje por los 100 años del Tango canción. Con el auspicio de Ibermúsicas realizó una gira por Colombia y Ecuador, brindando conciertos como solista y con orquesta. Realizó conciertos en el Carnegie Hall, Consulado Argentino en New York, Embajada Argentina en Washington DC, Casa Argentina de Roma. Es el director, pianista y arreglador de la Orquesta de Tango de la UNA con la desarrolla una intensa actividad artística. Fue convocado por el Conservatorio Giuseppe Verdi en Milán, Italia, la Universidad de Guanajuato en México, Conservatorio Superior Nacional de Música en Quito, la Universidad de Antioquia, en Medellín y por la Universidad de Waseda en Tokyo para dar conciertos y masterclass. Actualmente se encuentra desarrollando un trabajo de investigación para su tesis de Doctorado en Artes.
— Hola Ariel ¿cómo estás? ¿Cómo te afectó la Pandemia este tiempo?
— Un gusto saludarlos. La pandemia ha tenido y tiene efectos terribles en la población, es muy difícil no ser empático con ello. Sin embargo, creo que uno de los aspectos positivos de la híper-conectividad de estos últimos tiempos es la posibilidad de acceder a diversos institutos de formación, universidades o maestros que dictan clases online, que en modo presencial sería imposible por las distancias. La Universidad Nacional de las Artes (UNA), en convenio con la Academia Nacional del Tango ha lanzado este año su Diplomatura en Música y Poéticas del Tango que la cursan de forma remota estudiantes de todo el mundo incluyendo estudiantes de Sudáfrica, Suiza, Ecuador y del interior del país. Tengo la gran responsabilidad de ser el director de dicha carrera que cuenta con un plantel docente maravilloso.
— ¿Cómo se inició tu camino en la música, y en particular con el piano y el tango?
— El piano y el tango estaban en la escena familiar antes de que yo llegara al mundo. El piano estaba en casa de mis abuelos maternos, mis tías y mi madre estudiaron piano en el conservatorio aunque no se profesionalizaron en la música. En el caso del tango, este estaba en casa del otro abuelo. Los sonidos de la radio AM de mi abuelo Tito eran parte de la atmósfera, o banda sonora, de mis encuentros familiares en su casa cuando era chico. Con el correr del tiempo fui descubriendo un interés muy profundo primero en el piano y posteriormente en el tango. Por suerte mi familia supo acompañar y fomentar ese deseo.
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— ¿Quién o quiénes fueron tus profesores? ¿Cómo fue tu formación?
— Hice la carrera de piano en la Universidad Nacional de las Artes con la profesora Alicia Pes, con ella aprendí no solo la técnica e interpretación pianística, sino que también me brindó muchas herramientas que me ayudaron en el desarrollo de mi propio camino musical. En paralelo fui estudiando composición con Roque de Pedro, Rodolfo Mederos, y Gabriel Senanes con quien continúo actualmente mis estudios.
— ¿A quiénes reconocés como referentes o influencias musicales?
— Uf: son innumerables. Creo que mientras mas música y mas variada uno pueda escuchar mejor. Podría decirte que mis influencias más representantes en el tango son Aníbal Troilo, Horacio Salgán, Astor Piazzolla y por fuera del tango desde Franz Lizst hasta Charly García.
— ¿Cómo definirías tu estilo? ¿En qué sentís que se asemeja y se diferencia del de otros autores y/o intérpretes de tango actuales?
— Pienso uno de los desafíos más grandes que tenemos quienes nos dedicamos a la composición vinculada con este género es ver la manera de conciliar el espíritu de una música que se desarrolló y alcanzó su esplendor en el siglo pasado, con la sensibilidad de nuestro tiempo. Me parece que es indispensable preservar el aura que emana del tango sin incurrir en los estereotipos. Mi búsqueda estética y musical está enfocada en los márgenes del género, intento expandirlo a nuevas sonoridades que no hayan sido tan transitadas, no con la intención de abrir un camino disidente en el tango, sino con la mirada puesta en continuar con su tradición. En ese sentido me gusta mucho el concepto que expuso Igor Stravinsky en 1946 “Una tradición verdadera no es el testimonio de un pasado muerto; es una fuerza viva que anima e informa al presente, la tradición supone la realidad de lo que dura y asegura así la continuidad de la creación”.
— ¿Crees que existen diferencias entre la música que vos escuchabas en tus comienzos y la que se hace hoy en día? ¿Qué grupos o solistas actuales recomendarías?
— Como dijo Kandinsky “toda etapa de la cultura produce un arte especifico”, es imposible pensar la producción artística desvinculada de su contexto y del tiempo en que fueron concebidas. Cada artista es un cronista de su tiempo. En relación al Tango si vemos los últimos 10 o 15 años han surgido muchísimas propuestas musicales con un espectro muy variado. Eso me resulta muy alentador y a veces lamento no tener el tiempo para poder escuchar mas de la producción de obras en la actualidad. Hay músicos que me gustan mucho como Juan Pablo Navarro, Pablo Agri, Horacio Romo.
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— ¿Qué nos podrías contar de tu reciente EP “Estación Piazzola”?
— El nombre “Estación Piazzolla” surge del juego de palabras con el contenido del álbum que es ni más ni menos que las cuatro estaciones porteñas de Astor Piazzolla. Ese juego de palabras le da origen a una idea, que es la de un tren imaginario que recorre a través de sus diferentes ramales y estaciones la historia del Tango. La estación Piazzolla es sin lugar a dudas un punto más que importante del recorrido, parecería ser que en ese punto converge la tradición y originalidad en el género. A mi lo que más me gusta de la metáfora del tren y de las estaciones es pensar que la estación Piazzola no es la última, sino que estas líneas ferroviarias están en constante desarrollo y búsqueda de nuevos caminos que a su vez sean la continuación del camino iniciado por otros.
— ¿Qué músicos te acompañan?
— Me acompañaron en este disco un grupo de músicos maravillosos: Humberto Ridolfi (violín), Guillermo Olguín (violín), Rubén Jurado (viola), Roberto Segret (violonchelo), Santiago Segret (bandoneón) y Germán Rudmisky (contrabajo).
— En una vieja entrevista Astor Piazolla afirmaba “A los Beatles les doy un diez” ¿Coincidís con él?
— Si, cuando era chico, en casa de mi abuelo estaba el Tango, en mi casa sonaban constantemente los Beatles! (mi vieja es fanática) según me cuentan entre mis primeras palabras estuvo “Hey Jude”. Te cuento esto porque además de que me encantan los Beatles les tengo un cariño especial. En lo personal los álbumes que más me gustan son Sargent Pepper y Let I Be.
— Dictas clases y seminarios ¿no?… ¿Qué sentís que buscan los alumnos… qué los lleva a elegir el Tango entre tanta oferta musical de otros géneros?
— Una de las cosas que más me entusiasma es ver el interés genuino y exponencial de la juventud hacia el tango. La docencia siempre me gustó y no deja de ser todo un desafío dar clases a estudiantes ya formados, muchas veces profesionales. El Tango es un fenómeno con una profundidad y una multiplicidad de sentidos que por uno u otro lado nos termina atrapando. Creo que eso también tiene su cuota de misterio, y a la vez hay mucho por investigar y transitar.
— Además sos director, pianista y arreglador de la Orquesta de Tango de la UNA ¿cómo llegaste ahí? ¿Qué actividades van realizando como orquesta?
— En el año 2010 yo estaba cursando los últimos años de la carrera de piano y les propuse a las autoridades de la Universidad la existencia de una Orquesta de Tango integrada básicamente por los estudiantes y/o graduados para representar la institución. La idea fue muy bien recibida por lo que me propusieron hacerme cargo del proyecto. El año pasado, en conmemoración por los 10 años de actividad de la Orquesta estrenamos un documental titulado “Una Década” (disponible en YouTube) No se trata solamente de la historia de cómo el Tango floreció y se desarrolló en el fecundo espacio de la Universidad Nacional de las Artes, sino que también nos plantea con sensibilidad la complejidad de entramados que conforman el lugar del Tango en nuestra cultura.
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— Recibiste muchos premios en los últimos años… ¿los sentís como un incentivo? ¿te ayudan o no los considerás algo crucial?
— Los premios son maravillosos, en especial ¡cuando uno no los está buscando! Son un estímulo muy importante, pero creo que la esencia del trabajo de un artista no debe estar enfocado en ello, si vienen los premios: maravilloso, pero ese no tiene que ser el objetivo primordial. En pos de querer obtener un reconocimiento se puede poner en riesgo ni más ni menos que el espíritu de la obra, y eso es algo complicado. Maurice Ravel se presentó cuatro veces como candidato al prestigioso Premio de Roma y nunca fue merecedor del mismo. Hoy nadie pondría en duda la belleza y el valor artístico de su obra, en definitiva los premios son anecdóticos, lo que realmente queda son las obras.
— Según tu criterio ¿qué características debe tener un buen pianista y/o músico?
— No sé si me siento apto para decir quien es o no buen músico o pianista. En lo personal trato de cultivar tres cuestiones: En principio la sensibilidad, luego la técnica y también ser buena persona.
— ¿Cuáles son tus planes a futuro?
— Estoy trabajando arduamente sobre la composición de nuevas obras eso me tiene muy entusiasmado y activo, dentro de poco va a estar disponible en todas las plataformas digitales el primer disco que grabamos con mi cuarteto. Son en un 90% música original mía y también grabaron como invitados especiales Pablo Agri y Guillermo Bonetto (cantante de Los Cafres) con quien hicimos una versión del Tango “Por la vuelta”. El disco se llama “Pirottecnia”, aclaro que no nos auspicia ninguna marca de fuegos artificiales ni nada de eso… (Risas). Hay un poema de (Jorge Luis) Borges que dice “A veces en las tardes una cara /nos mira desde el fondo de un espejo; / el arte debe ser como ese espejo, / que nos revela nuestra propia cara”. De ahí el nombre del disco “Pirottecnia”
— ¿Cómo puede hacer la gente para escucharte y saber más de vos?
— En mi página web www.arielpirotti.com siempre subo toda la información de los discos, videos, clases, incluso hay una sección de descarga gratuita de partituras. Allí están todas mis redes sociales y un mail al que me pueden escribir de forma directa.
— Por último ¿Qué te gustaría decirles a los lectores de nuestra revista?
— En principio agradecerles a ustedes por el espacio. En este mundo tan fragmentado y complejo la música y el arte son un puente que nos permite encontrarnos a pesar de las distancias culturales, los kilómetros y las diferencias, hay muy pocas cosas tienen la capacidad de lograr eso. Desde mi humilde lugar, pueden contar con quien suscribe en lo que pueda dar una mano. ¡Un fuerte abrazo!
Y vos ¿escuchaste a este artista? ¿Qué opinás?
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Músico, periodista y programador de PC. Fundador y director de la revista encontrArte Musical