César Franov: actualidad de una leyenda


Entrevista a este mítico músico, bajista, tecladista y compositor de la música argentina (pasando por el jazz/fusión, el rock, el tango, la electrónica y el folclore). Integró destacadas bandas del rock argentino (como Spinetta Jade), acompañando a artistas de la talla de Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Litto Nebbia y Dino Saluzzi. 

— Hola César ¿Cómo estás? ¿Cómo te afectó la Pandemia este ultimo tiempo?
— Bueno, particularmente la pandemia no me afectó demasiado en el sentido de que seguí dando clases online (que un poco ya lo venía haciendo también antes de la pandemia, gente que vive lejos y/o gente que simplemente prefiere no viajar y tomar la clase desde su casa); Y normalmente yo no toco mucho en vivo así que tampoco me afectó demasiado, entonces fue quedarse adentro de la casa… y sí aproveché para producir un poco más y el tiempo que no utilizaba para viajar en medios de transporte  aprovecharlo en hacer música ¿no? en tocar –lo de siempre– investigar… como que para mí la pandemia representó un poco eso –en cuanto a lo musical– después en otros cuestiones, bueno, esto de tener hijos y que no puedan salir… lo que nos pasó a todos ¿no?         

¿En qué proyectos estás trabajando actualmente? 
— Actualmente estoy integrando La grande que es un grupo de Santiago Vázquez donde tocan músicos como mi hermano Alejandro Franov, y también está Ramiro Flores, Juan Canosa, Pablo Bendov, etc. O sea realmente un seleccionado de super músicos haciendo el proyecto de Santiago Vázquez que es a través de señas y de mucha improvisación. Ese es uno de los proyectos. También estoy con tocando bastante con Juampy Juárez y Quintino Cinalli que nos juntamos a grabar y a producir además de tocar en vivo cada tanto. Y después, bueno, estoy como freelance: siempre aparecen cosas… hace poco toqué con Jairo (fui de reemplazo), también voy a  hacer la presentación de Pelusón Of Milk en el CCK (que eso lo dirige el “Mono” Fontana) en agosto no me acuerdo exactamente qué día de agosto pero bueno eso es lo que se viene ahora. Así que esos son los proyectos míos, además de estar siempre dando clases de producción y clases de bajo y de piano… esa sería mi actividad actual. 

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¿Cómo se inició tu camino en la música, y en particular con el bajo? ¿Recordás de qué marca era

— Mi carrera como músico empezó cuando comencé a tocar en una banda llamada Mousse que ahí estaban Oscar Feldman, Gabriel Braseras, Horacio Ruiz Guiñazú… grandes músicos; Ya desde temprana edad –yo ahí tendría 14 o 15 años– empecé a tocar en esta banda. Mi primer bajo fue uno que me prestaron que era un bajo “Fratti” (risas) –creo que era la marca– y luego mi mamá me compró un bajo Fender Precision (Fretless) y ese fue como oficialmente mi primer bajo. A mí me gustaba mucho la línea de Jaco Pastorius, Pedro Aznar de ese tipo (o Alphonso Johnson)… todos bajistas de Fretless… así que estaba en ese estilo y con ese instrumento. Eso fue en el año 81. Igual yo venía un poco tocando de antes porque en mi familia siempre fueron músicos y entonces yo tocaba un poco la guitarra y escuchábamos un montón de música en mi casa desde que yo era chico: ¡eso me influenció un montón!

¿Quién o quiénes fueron tus profesores? ¿Cómo fue tu formación?
— Yo tuve algunos profesores de cuando era chico y estudié guitarra, y uno de ellos era Oscar Taberniso (un guitarrista muy bueno) que se lo recomendó a mi mamá Manolo Juárez (que era muy amigo de ella y de mi papá), entonces él venía siempre a casa cuando yo era chico… así que ese fue mi primer “profe” de guitarra. Después estudié bajo eléctrico con Carlos Madariaga y también tomé clases con Dino Saluzzi (que durante un tiempo me daba clases de interpretación) aunque él es bandoneonista –como todos sabemos– pero sabe de todos los instrumentos un montón porque es un genio de la música y escribe para todos los instrumentos, así que él me enseñó muchas cosas en el bajo también. También tomé algunas clases con Gustavo Gregorio que también es un gran bajista. Bueno, Carlos también (me encanta como toca). Y, bueno, esos fueron mis profesores.                       

¿A quiénes reconocés como referentes o influencias musicales?
— Son por un lado los Beatles (que fueron como un poco la base) pero después, rápidamente, también empecé a escuchar un montón de rock sinfónico en los ‘70, porque era música que llegaba a mi casa  por mis papás que escuchaban un montón de música (y también eran músicos ellos). Así que yo escuchaba mucho Génesis, Yes, Mahavishnu (Orchestra)… mucho rock nacional se escuchaba también en mi casa, bueno, los discos de Lito Nebbia también (“Bazar de los Milagros”), Invisible, también Pescado Rabioso y también Almendra. Todo eso fue una influencia porque yo lo escuchaba cuando tenía digamos 8, 10, 12 años: ahí ya empecé a escuchar un montón de música, cada vez más, y después Jaco Pastorius en el bajo, Weather Report y el jazz-fusión fue la música que más escuché. Y después también empecé a escuchar música Argentina y escuché bastante a Cuchi Leguizamón y también escuché tango (y toqué, hice adaptaciones para bajo de seis cuerdas de folklore y de tango) así que también recibí influencias de esos géneros como Dino Saluzzi o Hugo Díaz o (Carlos) Gardel ¿no? son como los grandes clásicos argentinos. Así que: unas cuantas influencias. Pero digamos que como hilo conductor un poco la fusión musical ¿no? o sea: no quedarme en un solo género sino escuchar música clásica, escuchar folklore de otros países, otras culturas… todo esto lo reconozco como una influencia que al final es como una especie de “fusión general” de la música. Y, por supuesto, también el Pop ¿no? o sea el Mainstream que –como siempre yo digo– son como grandes avenidas y que ahí hay otras autopistas también para ir recorriendo la música. Y bueno de todo un poco. Pero si de alguna manera tuviera que resumirlo esto en pocos músicos diría que Jaco Pastorius es uno de los que más me influenció (en general): por las varias etapas que él tuvo, no solo como como bajista sino también como compositor y productor. 

¿Crees que existen diferencias entre la música que vos escuchabas en tus comienzos y la que se hace hoy en día?
— Sí, considero que hay diferencias entre la música que existe hoy y la que existía hace 20 o 30 años (o sea la música que yo escuchaba de los ‘70 y de los ‘80 más que nada). Unas cuantas diferencias porque: el mundo diferente también; Pero lo que no considero una diferencia es el “hilo musical” en sí mismo me parece que es el mismo, me parece que es la misma búsqueda y bueno –por razones  circunstanciales de cada época se fue haciendo de diferentes maneras la música– pero al final me parece que hay como una búsqueda muy parecida siempre; Entonces, en ese sentido, la veo igual a la música. Incluso esto incluye la música más abstracta, la música electrónica (o digamos con nuevos con nuevos dispositivos, nuevas tecnologías para para hacer música que existen hoy), pero que son parte de la exploración musical así que lo relaciono todo bastante ¿no? A mí me gusta también música muy antigua… o sea escucho de todo: voy un poco por todas las épocas, no es lo que más hago pero que en una época sí que me ponía a escuchar música clásica, música acústica. Y después sigo con la electrónica o con la fusión un poco con esta idea ¿no? de que es todo una búsqueda muy parecida.

¿Qué grupos o solistas actuales recomendarías?
— Bueno de la movida local que se me ocurre recomendar podría empezar por Octafonic, Javier Malosetti, me gusta mucho La Bomba Del Tiempo y La Grande (los proyectos de Santiago Vázquez) así como también los de mi hermano Alejandro Franov y él se presenta a veces también como solista de piano. “Mono” Fontana me gusta mucho también, Fernando kabusacki, también podría recomendar a los proyectos –por ejemplo– de Lito Epumer, Judurcha y Machi. Lito también tiene otro  que ahora no recuerdo nombre así que estos son como los las bandas locales que recomiendo. Y de afuera me gusta mucho Bill Laswell que es un bajista, productor que produjo a Herbie Hancock (en los ’80). También me gusta mucho JoJo Meyer que es un baterista que toca súper bien y toca un género de música electrónica que se llama Drum and Bass y él lo toca eso, es un solista de batería excelente, así como también una banda que me gusta mucho es Khruambin (que es una es un trío que hacen como una especie de rock medio psicodélico muy muy interesante). Y, bueno, a mí lo que me gusta mucho siempre escuchar es música de los ‘70 que también me gusta cosas vinculadas a la fusión como por ejemplo (Eumir) Deodato o Azymuth que son grupos de Brasil que tocan un estilo de funky medio brasilero, se podría definir así, pero a la vez es como una música, un poco disco de los ‘70 hecha en Brasil. A mí eso la verdad es que me encanta. Me gusta mucho el género de música disco, las bandas clásicas como Earth, Wind & Fire o Kool & the Gang. También escuché esos géneros. Me gusta mucha música –como decía antes de otras culturas Congotronics– que es un proyecto africano de percusión intervenida muy interesante, que es el primer álbum oficial de Konono Nº1.

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Te movés con naturalidad por diferentes géneros como jazz, rock, tango, folclore (y la fusión entre ellos)… Y además con las nuevas tecnologías ¿lo buscaste o se fue dando así?

— Sí, es verdad, me muevo con naturalidad, entre muchos géneros musicales, un poco por ser bajista, (que el bajo eléctrico atraviesa un montón de géneros) y también por la época un poco que me tocó vivir, y como fue una carrera que desde chico empecé a escuchar un montón de música y a tocar y a intervenir en grupos y proyectos súper importantes. Entonces rápidamente entré en contacto con todo el mundo y estuve siempre como muy cerca de la producción sin saberlo (porque yo en realidad estaba concentrado en tocar el bajo) pero la verdad es que yo me la pasaba en los estudios y me encantaba ver cómo se producía música en esa época. Y después me tocó un poco vivir todo el cambio al siglo XXI –yo nací en el ‘65 así que tengo ahora 56 seis años– y vi como era el mundo antes de Internet (o sea la época más “analógica” de la música). En esa época me interesaba de alguna manera la tecnología porque me gustaban mucho los sintetizadores y eso… ¡y tener siempre mi PC! y estar conectado a Internet –ya desde el principio– y demás hizo que pudiera “subirme” también a los cambios tecnológicos aplicados en música (y también investigarlos y a desarrollar un lenguaje ahí en ese ámbito). Así que, bueno, me gusta mucho la música electrónica y se da así: como algo natural, en realidad, no es algo que esté buscando específicamente, simplemente el hilo conductor es la música.

Tu trayectoria es muy extensa, (quizás tengamos que dejar algo afuera de esta entrevista), pero: arrancás con Litto Nebbia allá por tus 17 años ¿no?
— Bueno, con respecto a mi trayectoria, sí, empecé cuando tenía 17 años con Lito Nebbia (eso fue en el año ‘82/83). Y también en el ‘83 ya entré en (Spineta) Jade donde toqué durante unos 2 años hasta mediados del año ’85. Y después vino Dino Saluzzi con quien fuimos a tocar a varios festivales en Europa (en aquella época muy importantes) donde había un montón de músicos de los que yo tenía en mi casa un montón de vinilos como Jack DeJohnette que estaban ahí en los afiches ¡en los mismos lugares donde tocábamos nosotros! Así que para mí era todo un acontecimiento en aquella época. Después de esa época ya empecé a tocar mucho con Quique Sinesi  con mi hermano Alejandro Franov, también “Mono” Fontana, con Madre Atómica, Lito Epumer. Eso fue más o menos mi carrera hasta los ’90. Y luego hubo una etapa de tocar con el Chango Farías Gómez, con Fito Páez también (eso fue a mediados de los ’80) y donde también atravesé un poco la fusión entre el folklore y el jazz (o el folklore y el rock). Ahí me fui influenciando bastante (como dije hace un rato). Así que esa es un poco mi trayectoria. Después de los ‘90 haciendo mis propios discos además de tocar con Lito Nebbia y de participar en un montón de grabaciones y proyectos (como sesionista más que nada). Hice “Silverio El Voladorque es mi disco solista y otros más editados por el sello Melopea. También como hermanos Franov que se lo hice con mi hermano Alejandro y además hay un disco que salió en casete en aquel momento que se llamaba Electric Bass y Composición eso es un álbum mío que lo produjo mi hermano. En los 2000 me fui a España hasta el 2010 aproximadamente y ahí empecé como más en la experimentación de música electrónica y sobre todo a tocar en vivo y a estudiar producción y empezar a utilizar nuevas herramientas para hacer música y empezar un poco a fusionar eso con la posibilidad de tocar el bajo o de tocar los teclados. Cuando volví a Argentina empecé un poco hacer eso “en vivo” también acá porque era el siglo XXI y ya la música estaba bastante intervenida por la electrónica. Acá, un poco lo que dije hace un rato, mis proyectos actuales, estoy grabando ahora con La grande, con Juampy Juárez digamos: más o menos lo actual mío.

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En tus clases, clínicas, etc. ¿Qué sentís que buscan los alumnos de bajo hoy en día? ¿Hay diferencias entre los argentinos y los de otros países?
— Bueno sí, yo doy clases de bajo. Tengo alumnos de todas las generaciones: desde 15 años hasta cincuenta y pico de años (o sea gente de mi edad) que también toca el bajo. Y bueno, sí, se buscan diferentes cosas; Digamos: los más jóvenes lo que están buscando es poder tocar en bandas y tocar en vivo (porque hay mucha música “en vivo”, está muy viva la música en las generaciones jóvenes). O sea todos mis alumnos tocan en bandas que se presentan cada fin de semana o cada 15 días, así que lo que están buscando es eso: es ver qué rol ocupar en la banda. Buscan el “sonido”, buscan también divertirse con la música. En lo que tiene que ver con el bajo: ponerse a estudiar un poco más, ir un poco a los clásicos del bajo eléctrico como pueden ser Jaco Pastorius o Stanley Clarke hasta bajistas más modernos como Hadrien Feraud ¿no? que también es bueno (hay súper virtuosos ahí que todos admiramos). Y un poco la diferencia con otros países es que no hay una diferencia muy específica para mí entre los alumnos argentinos y los extranjeros, porque en ambos casos veo bastante diversidad de objetivos. Hay muchos que también están buscando poder ser profesionales y tocar en barcos o tocar en diferentes ámbitos, tocar jazz, aprender a improvisar. Hay mucho interés por la improvisación y por el desarrollo del lenguaje del jazz. Como una especie conciencia de que a través de esa música podés aprender un montón de armonía y de técnica y que podés profundizar en el instrumento. Más allá de relacionarse con el groove y con la parte rítmica y la función y el rol del bajo en las bandas. Sobre todo en la música actual. Así que bueno: ese es un poco el espectro ¿no? entre el jazz y el groove. Se podría simplificar todo esto. Es eso lo que se está buscando en general. De diferentes maneras y en diferentes niveles.

¿Hay alguna anécdota que recuerdes y quieran compartir con los lectores?
— Hay una anécdota que me gustaría compartir que es cuando yo viajé a Nueva York a tocar mi propio repertorio, mi propia música, el día que llegué me fue a buscar al aeropuerto Oscar Feldman y él también tenía que tocar justo ese día más o menos a la hora que yo estaba llegando. Así que me fue a buscar al aeropuerto y yo lo acompañé –eran como las 8 de la noche– y yo estaba con la valija y el bajo y ahí en el local en el club de jazz donde él iba a tocar con su banda en ese momento, y me acuerdo que me invitó a tocar, entonces yo estaba con el bajo ahí y lo que no podía creer es que cuando llegué a Nueva York lo primero que hice ¡fue tocar en vivo! O sea: ¡A la hora y media de estar en esa ciudad ya estaba tocando!   Para mí eso es algo que me representa a mí: la intensidad musical que tiene ese lugar.          

¿Cómo puede hacer la gente para escucharte y saber más de vos y tu actividad?

— Estoy en Spotify, Deezer, Facebook y YouTube

Por último ¿Qué te gustaría decirles a los lectores de nuestra revista?
— Bueno, y algo que le quiero decir a los lectores de Encontrarte Musical es agradecerles por estar leyendo esto, y mantener vivo la energía del arte y de la actividad creativa, que es algo que tiene mucha importancia. Así que agradecerles por mantener viva esa red.  

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