Así se hizo: A Night at the Opera (Queen–1975)

Queen Caras (Neto)

Ilustración: Neto.

Pareciera que todas las bandas llegan a un punto máximo de creatividad. Le pasó a los Beatles con el Sargent Pepper’s. Le pasó a Queen con A Night at the opera.

¡No synthesisers!

La frase aparecía impresa en el arte de tapa.

¿Qué más revolucionario podía ser a principio de los ’80 que grabar un disco enteramente con instrumentos tradicionales? Aquí no hay Minimoog, ni Mellotrón, ni Arp String Ensem­ble. Sí pedales –muchos– de guitarra. Sí coros. Sí arpas, ukeleles, koto y piano eléctrico (instrumentos por primera vez usados en la banda).

De hecho, el arpa de Love of my life fue tocada por Brian May, quien estudió arpa para tocar ese tema.

Si buscan en Internet, no es difícil encontrar las sesiones originales de Queen.

La palabra clave es “Multitrack”.

Y así podremos comprobar que la voz de Freddie (Mercury) casi no tenía proceso. Sus armonías estaban en su cabeza. El control perfecto del volumen de su voz, provenía de su alma.

Ya desde el principio se trata del disco más “raro”. Death on two legs hace honor al título del CD (una noche en la opera) por su carácter lírico, uno siente realmente estar frente a una ópera.

Un disco de concepto.

Cómo curiosidad po­demos decir que el título, “A Night at the opera” pertenece a una obra de los Groucho Marx (de quien Freddie era fan absoluto, así que no se trata de una coincidencia).

rock mundial

Nos va llevando por diferentes paisajes…

el country del ’39 es la mejor balada country que se haya grabado, los mejores coros sin duda.
Además de ser el tema número 39 de estudio grabado por la banda.

Varias veces May ha dicho que el solo de «Rapsodia Bo­hemia» pudo haberle salido mejor.

Oh sí, el mejor solo de la historia del rock pudo haber salido mejor según él. Ese solo que tenemos grabado en el ADN, básicamente, según May pudo haber sido mejor.
Realmente les recomiendo buscar en Internet las pistas multitrack, porque escuchar este solo sepa­rado de la música, con todo y sus “ruiditos” de amplificador, es una delicia.

Por cierto, es una canción tan genial como “Desconfío” de Pappo (en el sentido en que las palabras del título no aparecen en ninguna parte de la letra de la canción y aun así si alguien la nombra la recordamos de manera natural).

Y cómo olvidar “Love of my life” (casi tan híper versio­nado en la historia como «Yes­terday«).
Por cierto, ni siquiera Cristian Castro pudo arruinarlo.

Al respecto de la variedad de estilos, mi amigo –el guitarrista Mariano Calabró–, suele decir “El heavy escucha Queen, el hippie escucha Queen, el pop escucha Queen, son la mejor banda del mundo, para mí”.

Y es así. Punto.

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Death on Two Legs (Dedicated to…)

En la primera edición, el título de la canción (que como ya dijimos abre el álbum) aparece escrito de esa forma, con el “Dedicado a…

Queen compuso originalmente la canción con el título “Death on two legs dedicated to Norman Sheffield” (esto me recuerda a «Who can you sleep?» de un furioso Lennon a McCartney en el disco Imagine…).

Dice la letra: “Me chupas la sangre como una sanguijuela / quebrantas la ley y la infringes / estrujas mi cerebro hasta que me duele / has tomado todo mi dinero y aún quieres más” (historia repetida en el rock… recuerdan acaso “You never give me your Money” en Abbey Road… ¡qué bueno es que los negocios inspiren canciones tan hermosas!)

Los hermanos Sheffield fueron los fundadores de los estudios Trident (los primeros que contaron con la tecnología Dolby de reducción de ruido y las consolas de 8 canales).

Ahí empezó a grabar Queen, en tiempos en que los Beatles, en ese mismo estudio, comenzaban a grabar sus primeros discos solistas.

Cuenta la leyenda que Paul –quien confiaba en que serían una gran banda– les prestaba las horas de grabación que le sobraban.

De hecho, por contrato, el acuerdo entre Queen y Trident era que Queen podían grabar ahí cuando el estudio no estuviese siendo utilizado por otros artistas (generalmente durante la madrugada).

El asunto es que cuando el disco estuvo terminado, los hermanos Sheffield no encontraron un sello que quisiera publicarlo.

Cuando salió retrasadamente la salida del primer disco, Queen ya estaba terminando de grabar el segundo.  El manager de Queen (Jack Nelson) se reunió con la gente de EMI y les mostró el primer disco.
No tuvieron mucho interés.

Luego de escuchar el segundo, quisieron firmar inmediatamente y publicarlo.

Los hermanos Sheffield se negaron porque querían más dinero y tras la puja la salida del disco se volvió a retrasar lo que generó una ruptura en la relación de Queen con Trident que derivó en la firma de los músicos directamente con EMI… y la creación, años más tarde de esta maravillosa –y agresiva– canción.

Obviamente el título original fue censurado tras una disputa judicial.

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Trabajo duro

Las bases de batería, bajo y piano, se grabaron durante agosto de 1974 en los estudios Rockfield, en Gales.

A diferencia de lo que se acostumbra, el resto del disco se grabó en varios estudios diferentes. De esta manera mientras Brian trabajaba solos en un estudio, Freddie hacía coros en otro. Esto explica que la concreción de esta genialidad no haya requerido demasiado tiempo.

Mucho trabajo, duro y parejo.

Los integrantes de Queen se hallaban repartidos entre los estudios londinenses Sarm, Ol­ympic, Lansdowne y Scorpio, cada uno iba al estudio que estaba más cerca de su hogar. Las tomas de instrumentos clásicos fueron grabadas en el auditorio para conciertos Roundhouse.

Cuenta May que «Rapsodia Bohemia» fue compuesta básicamente por Freddie, “Él ya tenía la idea en su cabeza y simplemente nos dirigió”. El tema se grabó en los estudios antes mencionados y en Wessex, Roundhouse y SARM. Fue uno de los primeros en concretarse, y requirió varias semanas de ensayo previas en Herefordshire.

FREDDIE MERCURIX
Freddie Mercurix
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Un alfajor de mil capas

Podría ser una burda comparación al respecto de los 180 canales que se requirieron para grabar las voces.
Voces no sólo de Freddie, sino también de Brian y Roger.

Por cierto… no existían esos 180 canales. No había “Pro­tools”.

Razón por la cual, Queen debió hacer lo que hacían los Beatles: sobregrabar canales comprimiendo canales anteriores.

Por suerte, la tecnología ya los abastecía de 24 canales (mientras que los Beatles alcanzaron a tener 8 recién en Abbey Road)…

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