Ensayo de Charly García y su banda The Prostitution acompañados por la orquesta Kashmir antes de su presentación en el legendario Teatro Colón.
Tarde muy lluviosa y fría.
Casi las 18 hs. En algún barrio porteño de la Ciudad de Buenos, a siete días de su primer presentación en el Teatro Colón, encontramos ensayando a Charly García junto a su actual banda The Prostitution y la –por él bautizada– orquesta «Kashmir» comandada por nuestro amigo de la revista el excelente violonchelista, compositor y arreglador Patricio Villarejo.
En un gran auditorio que sirve para simular lo que luego será el Teatro Colón se encuentran dispuestos los músicos.
A la derecha un largo y bajo sillón blanco con dos teclados instalados para que Charly toque algunos temas desde allí (que mientras tanto es utilizado por la joven Rosario Ortega –vocalista de la banda– mientras habla por celular para matar la espera de la puesta a punto del sonido).
Un poco más atrás, en el centro aparece un maniquí desnudo (que varias veces será abrazado por García y hasta incluso usado como instrumento de percusión al ser golpeado con palillos de batería).
Técnicos y músicos se mueven de un lado a otro conectando teclados, monitores y otros aparatos tecnológicos, llamando por celular a un par de «violines» (violinistas) que aún no llegan, afinando sus instrumentos.
Un Ipad de García se niega a funcionar y Charly se lamenta: «¡¿Porquéee?! ¡Si en casa andaba!«.
A Charly García se lo ve de muy buen humor, distendido pero muy inquieto, vestido de negro, sacando cables de un bolso blanco, probando sus teclados y micrófonos, caminando de acá para allá, abrazando a algunos conocidos en el camino, sacándose alguna foto ocasional…
En las primeras butacas frente al escenario se puede ver a una observadora Renata Schussheim (encargada de la escenografía y vestuario del evento) dando algunas indicaciones y ultimando detalles sobre las luces, la ubicación de los músicos en el escenario y otros temas por el estilo.
Recordemos que Schussheim ya había colaborado con Charly en sus más legendarios conciertos, por ejemplo en la presentación en vivo del disco Bicicleta de Serú Girán a comienzos de los años ochenta.
Charly le informa a los músicos que –Según Renata– la ubicación actual que ellos tienen sobre el escenario será casi la misma que definitivamente tendrán en unos días (el 23 y 30 de Septiembre) en el Teatro Colón en la presentación de la obra Líneas paralelas-Artificio Imposible.
Básicamente, se encuentra Charly en el medio con una tarima blanca en forma de «U» invertida y sobre esta tres teclados, dos micrófonos y un vocoder.
A la izquierda –mirando desde la posición del público– la batería del chileno Tonio Silva Peña, seguido de Rosario y su micrófono con pie, en el bajo, sentado, otro chileno: Carlos González y a su lado un viejo compañero de ruta de Charly: Fernando Samalea con un set de percusión que incluye desde una marimba hasta una batería electrónica y que toca alternando a veces con su bandoneón, al lado el ya mencionado maniquí.
Más atrás, a la izquierda, la mitad de la orquesta (sobre todo los violines).
Ya a la derecha se encuentran en primer lugar el «zorrito» Fabián Von quintero rodeado de toda clase de teclados y más atrás –y también sentados– el chileno Kiushe Hayashida tocando la primer guitarra eléctrica y el «Negro» García López tocando su guitarra eléctrica roja.
Detrás de ellos el resto de la orquesta entre los que se encuentra su director y arreglador Patricio Villarejo tocando, además, su violonchelo, dando las entradas a la orquesta e intercambiando sugerencias y bromas con Charly para ultimar detalles del ensamble entre banda y orquesta: intros, finales y sugerencias de «tempo» y de carácter.
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Cerca de las 19 horas pregunta Charly por el micrófono: «Bueno, levante la mano quién está listo«. Varias manos se levantan. «Okey, hay mayoría de listos así que arrancamos el ensayo«.
Rosario –hija menor de «Palito» Ortega– deja entonces una manzana a medio terminar y le sonríe a Charly dispuesta a empezar.
Comienza entonces a sonar una pista de audio hasta que en un momento «entra» la banda y la orquesta con todo su poder.
Durante el ensayo Charly varias veces se muestra agradecido con el sonido y la labor de la orquesta y lo manifiesta bromeando ante las risas generalizadas: «¡Y sí, debe estar sonando bien, porque todavía nadie nos echó!«.
En un momento de «entretiempo» –mientras los técnicos intentan hacer que uno de sus teclados suene como debe– la orquesta toca brevemente una muy conocida melodía de música clásica a la que pronto García se suma con un teclado interactuando –cómplice– con ellos.
En otro punto, bromea con su baterista Tonio pidiéndole más fuerza («más bolas«) diciéndole: «¿No será que te volviste más maricón desde la última vez que tocaste la batería?«.
Cada tanto prende un faso («…para despistar»).
Su tecladista Von Quintero lo apunta y asiste permanentemente y, en un momento, Charly le sugiere que lo acompañe en determinado tema con un sonido «como de tuba» en el teclado.
y después el propio García se acerca hasta los teclados del «Zorrito» y le va mostrando la melodía tocándola él mismo, demostrándonos de esta manera lo importante que son para él los detalles.
En determinado momento Charly cantando se da cuenta que le falta un micrófono, entonces corre a asistirlo un técnico –moreno y de pelo negro enrulado– con micrófono en mano, y mientras lo ubica García bromea: «¡Uy, volvió Steve Wonder!» provocando las carcajadas de toda la sala (técnico incluido).
El repertorio elegido, en el que se combinan canciones con temas netamente instrumentales, se presta para la orquestación que es magníficamente realizada por Villarejo y también magistralmente interpretada por la orquesta de cuerdas dándole una gran fuerza y poder al sonido general que resulta al sumarse al de la banda de García.
Hay temas de todas las épocas de Charly (como Sui Generis, La Máquina de hacer pájaros, Serú Girán y también de su etapa solista).
Además la orquesta, en los temas cantados, refuerza las líneas melódicas de las partes instrumentales.
Al lado de Patricio Villarejo espera su entrada con su saxo ese gran músico legendario que es Bernardo Baraj.
Charly después de anunciar un break de unos minutos y –antes de aprovechar para sacarse algunas fotos de rigor– se cruza con Baraj y le pregunta: «¿Y Bernardo? Vamos bien ¿va queriendo no? ¿Vos como la ves?«.
El ensayo continúa un rato más…
Nosotros, luego de haber vivido un momento mágico, salimos al frío y a la lluvia que hace que cada vez cobre más sentido la frase «Por favor, yo te prometo te esperaré, si es que para de llover…«.
Y vos ¿Pudiste ir a la presentación en El Colón?
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Músico, periodista y programador de PC. Fundador y director de la revista encontrArte Musical
6 comentarios en «Líneas paralelas-Artificio Imposible (crónica de un ensayo)»